Hoy, día de Todos los Santos, os adjunto una de las poesías de una gran escritora y santa que, aunque ya tiene día propio asignado en muchos calendarios, todavía no había sido mencionada en este blog.
Su nombre figura en el Catálogo de Autoridades de la Lengua publicado por la Real Academia Española y sus versos de estilo ardiente y apasionado, nacidos del amor ideal que sentía Santa Teresa de Jesús por su Dios, son referencia imprescindible en la poesía lírico-religiosa.
La intensidad y calidad de su poesía ha trascendido la religión y se ha colado para siempre en la historia de la literatura.
Dado que se pueden leer en Internet diferentes versiones de este poema, os adjunto mi favorito, extraído de la publicación: "Poesías de Santa Teresa", Apostolado Mariano (Recaredo, 34. SEVILLA - 3).
Y sin más preámbulos os dejo con él, esperando que lo disfrutéis en este día especial.
Vivo sin vivir en mí
Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
GLOSA
Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor,
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí.
Cuando mi corazón le di
puse en él este letrero:
Que muero porque no muero.
Aquesta divina unión
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo
y libre mi corazón.
Y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay qué larga es esta vida!,
¡qué duros estos destierros!,
¡esta cárcel, estos hierros,
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza al Señor!,
porque, si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.
do no se goza al Señor!,
porque, si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque, muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte, do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
vivo de que he de morir,
porque, muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte, do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte:
vida, no me seas molesta;
mira que sólo me resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
vida, no me seas molesta;
mira que sólo me resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para mejor a El gozarle?
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para mejor a El gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues a El solo es al que quiero:
que muero porque no muero.
Schez. de Cepeda Dávila y Ahumada.
Santa Teresa de Jesús
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