Y un nombre imprescindible que yo, desde luego, pondría a la cabeza de la lista de los que lo ensalzaron con gran talento, es el del dramaturgo, sacerdote, soldado y poeta, Pedro Calderón de la Barca.
Por patriotismo se alistó en los tercios a los 40 años de edad, en el llamado Regimiento de “Órdenes Militares” y en 1650 escribió (Valencia, 1689, pero realmente escrito en 1650) un bello poema y canto a la Infantería española. Una referencia imprescindible en el género el cual el poeta y soldado expresa su amor por el ejército y sus valores, reflejados en los miembros de cada una de sus unidades.
Aún de plena vigencia como bien sabéis tantos, os dejo con él. Y para que podáis escucharlo y"verlo", os incluyo también un enlace al vídeo "Soldados de España" del Ejército de Tierra español, que fue primer premio en la sección "Operaciones Humanitarias" del Festival Internacional de Cine sobre Defensa celebrado en Roma en 2013 y que se presentó durante la entrega de los Premios Ejército del mismo año -atentos, por cierto, a la web del Departamento de Comunicación del Ejército de Tierra, los interesados en participar en los Premios Ejército 2014-.
Incluye imágenes de las tropas españolas desplegadas en Afganistán en la base de Herat o Qala i Nao, cuando el Regimiento de Infantería Ligera "Príncipe" Nº 3 se encontraba liderando el anterior contingente Aspfor XXXII, y entre sus protagonistas: carros de combate Leopardo, un helicóptero Chinook, operadores EOD y, por supuesto, de nuestros militares. Y sin más preámbulos...
Este ejército que ves
Comedia famosa. Para vencer
a amor, querer vencerle
Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.
Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.
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