Se cree que toda la obra de Garcilaso de la Vega -gran exponente del Siglo de Oro español- fue escrita entre los años 1526 y 1535, pero no se sabe con seguridad, ya que sus poemas no fueron publicados hasta casi diez años después de su muerte. Y lo hicieron compartiendo espacio con los escritos de otro autor. El libro se titulaba: "Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega".
En cambio, hoy día sí podemos disfrutar del talento de este gran poeta en solitario. Y nosotros, que no queremos ser menos, le dedicamos este espacio virtual único para que uno de los cuarenta sonetos -más siete coplas castellanas- que nos dejó como legado literario pueda brillar con luz propia. Que así sea y así lo podáis disfrutar cuando queráis, queridos lectores.
Soneto XXXVII
A la entrada de un valle, en un desierto,
do nadie atravesaba, ni se vía,
vi que con extrañeza un can hacía
extremos de dolor con desconcierto;
agora suelta el llanto al cielo abierto,
ora va rastreando por la vía;
camina, vuelve, para, y todavía
quedaba desmayado como muerto.
Y fue que se apartó de su presencia
su amo, y no le hallaba; y esto siente;
mirad hasta do llega el mal de ausencia.
Movióme a compasión ver su accidente;
díjele, lastimado: «Ten paciencia,
que yo alcanzo razón, y estoy ausente».
Garcilaso de la Vega
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