El amor siempre estuvo presente en sus poemas: amor por la naturaleza, amor por su país (Puerto Rico) y –sobretodo- amor por la libertad.
En un contexto en el que la sociedad oprimía a la mujer, Julia de Burgos fue la voz rebelde que empujó a sus compatriotas a la liberación femenina, escribiendo obras en contra de las normas de la sociedad y los convencionalismos de su época.
Entre prosa y versos, exhortó a las mujeres a que tuvieran siempre presentes tres cosas: su potencial como mujeres, el manejo de sus propias vidas y el no sentirse inferiores.
En tiempos como los que corren, era imprescindible que la nombráramos no solo por su talento literario, sino también por lo que su obra representa.
En un contexto en el que la sociedad oprimía a la mujer, Julia de Burgos fue la voz rebelde que empujó a sus compatriotas a la liberación femenina, escribiendo obras en contra de las normas de la sociedad y los convencionalismos de su época.
Entre prosa y versos, exhortó a las mujeres a que tuvieran siempre presentes tres cosas: su potencial como mujeres, el manejo de sus propias vidas y el no sentirse inferiores.
En tiempos como los que corren, era imprescindible que la nombráramos no solo por su talento literario, sino también por lo que su obra representa.
El poema de hoy está dedicado a todas las mujeres del mundo que luchan cada día por defender y preservar su libertad, y a todos aquellos hombres que saben respetarlas y amarlas.
Poema con la tonada última
¿Que adónde voy con esas caras tristes
y un borbotón de venas heridas en mi frente?
Voy a despedir rosas al mar,
a deshacerme en olas más altas que los pájaros,
a quitarme caminos que ya andaban en mi corazón como raíces...
Voy a perder estrellas,
y rocíos,
y riachuelitos breves donde amé la agonía que arruinó
mis montañas
y un rumor de palomas
especial,
y palabras...
Voy a quedarme sola,
sin canciones, ni piel,
como un túnel por dentro, donde el mismo silencio
se enloquece y se mata.
Julia de Burgos
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